Empezamos hace casi un año a trabajar sobre la espera.
Fue un comienzo que alumbró la necesidad de seguir, de innovar, de crecer ininterrumpidamente con formatos, espacios y con gente que quiera incorporarse en esta investigación artística y absolutamente vivencial.
Nuestro proceso está vivo y en constante transformación. ¿Cómo continuaremos? Eso es como intentar responder cómo esperaremos y cómo lo contaremos en un futuro. Seremos esperadores escénicos.
Nos une el deseo de compartir la espera de muchos para reinterpretar la vida, por eso, este espectáculo será diferente cada vez que lo mostremos. Nos seduce la actitud que se revela contra lo acabado y lo finito. Siempre habrá una actitud ante la espera y ante cómo se puede diseñar artísticamente. Diferentes disciplinas que se respetan entre sí para recrear la espera en que vivimos.

La crítica ha dicho
Concepción y desarrollo del proyecto
Nos hemos reunido un grupo de artistas para intimar con el hecho de esperar. Esperar en la actualidad. Contar nuestra mirada ante un hecho constante, al menos mientras estamos vivos. El trabajo tiene como premisa respetar la espera del otro, la espera del actor, del individuo y la de las diferentes disciplinas que integran el propio trabajo, siempre que podamos decir que una disciplina es susceptible de esperar. Nosotros pensamos que sí.

Esta aventura comenzó a fraguarse hace ya casi dos años y fue el pasado mes de mayo cuando empezamos los ensayos, durante una residencia en los Teatros del Canal. Fue un reto confrontarnos con el texto; con las improvisaciones, que dieron un giro tan importante al trabajo; con la danza, el vídeo, la música, el espacio y el aporte diario de un equipo de lujo. Cada integrante incorporó generosamente su buen hacer y, al “masticar” el trabajo realizado, lo llamamos Retablo de espera.
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